Cuanto tiempo no supe de mi, apenas me estoy enterando, he debido mirarme en los ojos de quienes me querían, me miraba más amable en sus pupilas...
Cuanto tiempo he visto a otro en el espejo, uno que rebajaba mi cuantía; si tan solo me hubiera puesto más atención, sempiterno de la cima, eso sería...
Cuantas veces he menospreciado el vistazo ajeno, escapando de adulaciones debí armar el rompecabezas, ese que soy y he regado en todas partes, partes que en todas partes me ofrecían...
Y a cuantos no les di justicia, mal pasaron por mis manos, concentradas en resolver trivias, como no sabía mirarme, no sabía mirar nada y por eso nada ofrecía...
Afortunadamente la luminiscencia rebota en transmisores, mariposas y luciérnagas, de eso esta hecho el día...
No hay comentarios.