Ven, te daré un abrazo omnipotente,
Eso que la fragilidad humana aspira obtener de las deidades...
Y voy a dividirme, para ser omnipresente, estará bajo mi juicio el control de las medidas, de esa manera jamas te encontrarás sola, dejarás de creer en lo irremediable...
Te voy a dar de todo y siempre lo suficiente, algunas veces ofreceré mi ausencia, para que visites el éxtasis, cuando ya no tengas que extrañarme...
Y que sea la función primaria, de ese multicolor que me conforma, te voy a dar un Ángel, un demonio, humor seco, tonterías, un niño y a tu héroe, un solicitante por naturaleza, de tu boca, de tus ojos, de esa cintura que me curva el protocolo, se hacen ausentes mis modales, me late lava, me late vida...
Ven, para no poder vivir sin ti, para acabar con mi eterna nostalgia, para afirmar otro parecer, uno donde no me falta nada, porque las ausencias serán solo anécdotas que nos contamos en la cama, que sean los problemas unicornios, los anhelos hechos y las situaciones partidas de ajedrez...
Ven, que voy a romper toda regla, voy a causar lo inadmisible, te voy a tocar absoluto y no cerca, fusionados en una sola energía...
Ven, que la serendipia tiene tu nombre, la agonía es esta mutua ausencia, la clarividencia me hace extrañarte y solo deseo la sempiternia en tu compañía...
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