*¿Te conozco?...
- no...
- te preguntas ¿Qué hago aquí?
* Si...
- ¿quieres la verdad?, o una mentira sutil que nos lleve a buen término...
* Cuéntame...
- Llevo días en la cumbre de mi lección más trascendente, pero lo dejamos ahí; estoy claro, como un hombre, firme, como un hombre, digno, como un hombre, recibiéndolo, como un hombre, solucionándolo, como un hombre, moviendo carril, como un hombre...
El problema de quitarme el tumor de carne que me vendaba los ojos, es que se fueron los colores que asignaba por suposición a los cuerpos que me oscilan...
Por eso estoy aquí, haciendo castillos de arena intencionales, siendo mi propia venda, mirándote, apostando una vez más, inventando colores esperanzado de que se confirmen, usándote para huir de mi prisión de blancos y negros, lo que sea que dures, lo que sea que duelas... Seré un condenado, pero, ¿Qué tal mi apuesta? ..
No hay comentarios.